domingo, 25 de octubre de 2009

Atlético de Madrid 1, Mallorca 1. Sí hijo sï


Hoy sin saber porqué el ánimo de entrada era un tanto más dispuesto de manera que, como debe ser normal así, uno se puede esperar que las cosas se vean diferentes.

El club por su parte, había movido ficha al entender que los derroteros que se habían tomado estaban resultando prolongados y peligrosos, por lo que hizo lo que nadie quiere que se haga, aunque se viene haciendo; le molesta al que lo hace y más al que se lo hacen, pero una vez hecho, lo hecho, hecho está, esto es, echar al entrenador. Dicho y hecho.

El día era propicio, la hora era propicia, el público era el propicio, bueno, los del frente atlético tenían preparado un silencio en el ánimo para la primera parte como protesta a los últimos resultados. Y se notó, vaya si se notó, lo que viene a decir ¿Qué sería del divertimento de la “bendita afición” y su ánimo a los suyos y desánimo a los otros, sin el aporte de los ultras?, debe ser lo que tiene formar parte de una masa social, alguna de estas son sus miserias. El caso es que todo era muy propicio y así comenzó la disputa, sin ocasiones, sin emoción, sin ánimo, sin aplausos, sin juego, sin jugadas, sin goles, sin ganas, sin ímpetu, con pitos, con murmullos, con solazo (que apretaba en la cara), con fallos, sin aciertos…

La cosa se fue apagando más y más, sospechando lo peor, pues, era una continua invitación a hacer grande a quien no lo es, pero a base de ponérselo fácil a los otros pasa lo que tiene que pasar, ¡lo increíble!

¡¿Cómo?! ¡¿Por qué?! ¡¿Cuándo?! ¡¿Dónde?! (Que hubiera dicho Homer Simpson ante la desgracia) Si hijo sí, el sábado en el Calderón.

Sr. Rice de Uno de los Dos

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Dilo

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