A TRIBUTE TO:
BLOGING IN THE WIND by CARRASCUS
¡Este tío no es normal!
De entre los blogs que he visto, visitado y seguido en esta
aventura del conocimiento popular que tantas satisfacciones nos dan a tantos
destacaría especialmente uno,
desgraciadamente desaparecido aunque todavía se puede entrar y se tenga la
sensación de ojear una vieja revista, me estoy refiriendo al llamado: Blogingin the wind capitaneado por Carrascus, el ilustre sabio musical a la par que
persona con la que no era difícil simpatizar, dos de las razones, supongo, de
su fulgurante éxito y a la par, declive, ya se sabe, eso de la confianza…
De entrada el propio título sorprendía por el juego de
palabras con la legendaria canción de Bob Dylan a la vez que de alguna manera
empezaba definiendo su contenido., Pienso que su blog bien pudiera haber sido
una sección prestigiosa de cualquier revista que se preciara de ser algo en el
mundo de la música, para lo cual debería incluir a escritores de la talla de
Carrascus para ilustrar con calidad, buen
gusto y sobrados conocimientos el proceloso mundo de, (principalmente)
el rock. que siempre será quedarnos cortos. Pero él no se paraba ahí, puesto que su sensibilidad aunque cercana al
rock abarcaba con igual, podíamos decir,
cariño musical, otras músicas, otros artistas, otras épocas. Esto que pudiera perecer algo menor, se podría
utilizar precisamente para engrandecer su valor como escritor musical, dado que
su prisma dirigía un foco abierto alejado de ese sentir un tanto talibán que rodea el
mundo del rockerismo en el que desde luego mostraba su pasión, supongo que
sería precisamente al descubrir la esencia y no la apariencia de quienes se
dedicaban al tema. En alguna ocasión llegó a decir eso de: “no existen músicas
buenas o malas, sino músicas que nos gustan o no”. Tal era su cariño musical
hacia esa fascinante fuente de satisfacción.
Pero no era sino,
cuando nos acercaba desde sus interioridades, anécdotas, biografías o curiosidades a una gran plantel variopinto
y multitudinario de estrellas o no del rock en general, todos los estilos,
todas las épocas…, donde se podría encontrar su particular estilo tan didáctico
y entretenido, incluso hasta algo cotilla, pero reservado a quienes poseen el auténtico
don de la sabiduría musical y vital, adquirida con los muchos años dedicado a la
materia. Por si no fuera poco, nos deleitaba incluyendo entre sus escritos,
bien planteados, fotos extraordinarias y además, y esto era algo increíble,
canciones completas que ilustraban esencialmente lo que nos pudiera estar
contando o pretendiera evocar. No, no eran vídeos insertados de you tube, que también había,
como hacemos el resto de mortales en alguna ocasión, eran estas canciones sacadas
de su propia discoteca personal que incluía en un reproductor propio lo que le
supondría hasta un esfuerzo económico al contratar algún espacio virtual que
las contuviera, y que por desgracia nunca llegué a saber cómo descargarlas, a
pesar de que en algún comentario pude leer como hacerlo según explicaba el
propio Carrascus. Por otro lado, que deliciosas esas entradas en las que él mismo era el protagonista
contando sus experiencias sin ningún atisbo de vanidad, sino su propio sencillo
sentir pero tan universal a la vez, ¡que grandes aquellos que partiendo de sí
mismos abarcan y trasmiten sentimientos que todos compartimos! recomiendo esta
serie
Entre otras de sus virtudes estaba la de responder a todos los comentarios que pudieran hacer
sobre sus entradas y lo hacía con un alto grado de corrección y respeto, incluso
profusamente sobre todo a los que como en el resto de los blogs suelen ser sus
fieles seguidores, amigos o familiares, eso sí pero sin descuidar a los que
pasaban por allí.
Siendo un sevillano, de pro, trasmitía su adoración por la
ciudad en la que nació, presentándonos en alguna ocasión hasta la esquina del
barrio de su infancia, incluso su vivienda actual, en un día lluvioso.
Personalmente me abrió los ojos a una ciudad que sabiéndola importante, él lo confirmaba y
engrandecía con continuas referencias a su historia, actos conciertos o
cuestiones que vinieran a colación.
Compartimos con él su calvario personal, cuando a su
parienta, la señora Carrascus le gustaba decir a él, atravesó y afortunadamente
con buena suerte, el sendero de la enfermedad, algo que nos trasmitió con
sincera emoción y valentía.
No era Carrascus de esos que se esconden y jamás dan la
cara, al contrario se nos presentaba a menudo sin caer en el protagonismo,
mostrándose tal como es, o como era, como en aquella grabación extraída de
quién sabe dónde en la que se le podía ver en el genial programa conducido por
Paloma Chamorro, La edad de Oro, ¿Qué hacía allí Carrascus? como decían los Vegetales en aquella
canción de “mi novia es una zombie”
–ella sabrá porqué- (no llevaba zapatos) en este caso él sabrá qué hacía allí.
En otra ocasión nos contaba lo odioso de Roma, o nos mostraba casi en un “Time
lapse” un repaso fotográfico a su vida. En la mayoría, digo, de los blogs
solemos reservarnos las intimidades empezando por la propia imagen personal, en
ese enfermizo afán de cubrirnos las espaldas de qué sabe nadie, por eso mismo,
el dar la cara, lo comparo como la de cualquier periodista al que pudiéramos
conocer su rostro sin importarle a él mismo tal muestra, ni a nosotros sus
lectores, el saberlo. Pero en este caso,
agradecía su gesto, pues bien pudiera uno ponerle rostro a sus crónicas. Podría
parecer entonces, que del llamado Carrascus conocíamos mucho, cuando en realidad era nada
o muy poco, que andaba por aquí y allá, su dedicación profesional y alguna de
sus debilidades, la mayoría de las contadas enfocadas a la música. Lo dicho, poco o nada, y qué importa eso…
Llamaba la atención los títulos de sus entradas, ingeniosos,
con referencias a canciones o algún suceso que nos viniera a contar, en
realidad eran la puerta casi dirigida a la propia entrada con claras
intenciones de despertar el interés hacia lo escrito. Es cierto que alguna vez
intento imitar su estilo al respecto como muestra de su influencia, no sé si
conseguiré ese mismo efecto deseado.
Ente todo esto no es de extrañar que en su última entrada de
despedida, le escribiera yo mismo que dudara de su desaparición, que alguien
como él, tan creativo y sabio, dejara de
deleitarnos con la exposición de sus conocimientos; pensaba que no sería como
esos músicos, artistas que semi vencidos por los tiempos de descargas de
internet y demás y, ante la casi imposibilidad de vivir de la música, tiraran
la toalla y se ufanan a trabajar e una fábrica, por ejemplo,¡ a qué no!; la
gente como Carrascus tienen un impulso creador que pasa por encima de
coyunturas, escriben porque el hacerlo forma parte de su ser íntimo. Debiera
disculparme yo también por la infidelidad o descuido de atención que considero
normal, pues es imposible seguir todas y cada una de los hechos y acciones de
otros por muy buenos que fueran, la vida nos requiere a otras cosas y no
siempre son coincidentes.
Fue el blog de Carrascus un lugar en el que su autor se
mostraba generoso, entregado, cultivado y por qué no decirlo apasionado y
entrañable, que hoy toca añorarlo con un puntito de nostalgia canalla. Por eso
mismo se hace saber que: aquel quien tuviera conocimiento por donde se
encuentra escribiendo Carrascus que lo dijese sin dilación en el tiempo, recibirá
a cambio un gran agradecimiento de esta parte que lo solicita.
Salud
Rafael Cuevas.