Se acabó el Juancarlismo (por si ya no lo estaba bastante)
Efectivamente, sin ser monárquico, que no lo soy, entendía
un cierto papel del Rey en este proceloso mundo hispano, en el que este señor, al
que nadie ha elegido –bueno si, el dictador fascista ya desaparecido-, parecía
que cumplía una misión de estabilizar fuerzas, unir ciudadanía, contener
desmanes, y cosas por el estilo. Para eso le habíamos, reconozcámoslo, por pura
conveniencia coyuntural, concedido el privilegio de creerse algo y alguien, a
sus hijos oírles decir no sin vergüenza ajena eso de: sus majestades los Reyes
tal y cual, o hablar de princesas o infantes con una insufrible aceptación que
nos provocaba sarpullido, a pesar de eso, les aguantábamos y aguantábamos creyéndonos
que esta institución pudiera representar al pueblo en común, dentro y allende
nuestras fronteras (siempre quise incluir estas palabras en un texto) pero hete
aquí que descubierto el pastel, nos encontramos con un impresentable, que vive
del cuento y engaña a todo el mundo, ¿a todo? Pues seguramente no, pero sí a la
mayoría, y a parte de la que no engaña es porque, formando parte de sus tretas,
están bajo los mismos intereses subterfugiamente compartidos, los de vivir
bien, a cuerpo de rey, del cuento, y sin enterarse de nada de lo que va la
feria más allá de sus paripés, altos standing, noblezas baturros, y sin tener
ni idea de lo que le pasa a la gente normal, ni cómo vive, ni cómo sufre. En pocas
palabras, parecemos obligados a creer en quien no cree en nosotros.
El episodio al que me refiero, no se trata del vergonzante
tema de los elefantes, que ya de por sí, trae cola, sino de la patética felicitación
del Rey a el ministro de Guindos, recibidos en audiencia al día después del
RESCATE o préstamo, (que lo llamen como quieran) por parte de las instituciones
europeas a la imposibilidad de España de arreglarse por sí misma y necesitada de
ayuda externa, no nos los la presta una ONG que yo sepa, sino alguien que
dejando dinero quiere, garantías de devolución e intereses, sino fuese así, hay
multitud de mercados alternativos para obtener beneficios, incluso dentro de una
espiral suicida europea que la lleve a la escisión de al menos unos pocos
socios, porque eso da igual, el dinero es lo que tiene, se encuentra cómodo
donde se reproduce sin saber, ni entender de otra cosa más que su propia autosatisfacción,
el negocio es el negocio.
Porque digo yo, si hasta ahora nos están engañando al
comprobarse justo lo contrario de lo que se había dicho, ¿acaso no tenemos
suficientes pruebas al respecto? ¿Qué razones tengo yo para creer ahora que no
nos va a afectar a los ciudadanos para nada esos préstamos desorbitados? y si
como se verá, así será, de qué coño está felicitando el Rey al ministro. ¿De la
incapacidad de España de arreglárselas por sí misma?, ¿de las penurias que
tendremos que sufrir por ello? ¿De las que ya estamos sufriendo? ¿de las cifras
del paro?
Una de dos, o este hombre no se entera, o en palacio bailan
vals. (a lo mejor el que no se entera soy yo) ¡Abajo los ineptos! ¡Viva la
República!
RfCs