lunes, 28 de septiembre de 2009

Sitango en el Barrio del Lucero

Sitango se presentaban como una incógnita por despejar con nuestra presencia. Resulta que los datos eran, que los componentes de la formación son profesores del conservatorio del barrio, Teresa Berganza. Empecé a imaginar cómo siendo todos profesores se plantean la formación. Amantes de la música hasta el punto de hacer de ella su profesión, dan un paso más y unidos por el común gusto hacia el tango, ejercen de interpretes, por su debilidad: Astor Piazzolla . Sustituyendo el bandoneón por el acordeón. Aquí no importa, no somos puristas, ni creo que le importara a nadie, suena tan bonito. Empieza la música y se descubre como desde la complejidad se disecciona con un punto jazzie los entresijos del tango para mostrálo con crudeza. Porque si hasta entonces uno no lo conocía, o lo que sabía de él era ciertos topicazos con aires retros, con este conciertazo, tan cercano, tan próximo, empieza a comprender esta música de pasión, de queja, impetuosa, vehemente, que parece presentarse con golpes de compás rítmico impulsivo, en bloques melódicos que dan mucho juego a la canción. Siempre disfruté de los temas que contenían variaciones en su desarrollo, parecen más interesantes y facilitan la escucha, lejos de esos temas de melodías y estribillos rutinarios y repetitivos, entonces aburridos. Sitango compone sus interpretaciones tanguistas a base de un continuo ejercicio de variaciones con un sonido afinado con el espíritu tanguero. Esto es algo que resulta muy divertido por crear expectación a cada instante. ¿Qué podrá pasar? ¿Qué nos deparará este desarrollo? .Una conjunción perfecta va definiendo las canciones llena de soberbias interpretaciones individuales, ahora el acordeón perfila una melodía, ahora el violín, ahora un movimiento de empuje con el cuerpo entra con el clarinete, mientras... (Uno vuela imaginándose desaforadas pasiones, complicados momentos vitales ¡che, pibe, esto es tango!). Hay una canción que se presenta como: Canción para Claudio, ¡Claudio! Siempre había oído canciones dedicadas a nombres de mujer, pero esta a Claudio resulta fervorosamente conmovedora, de una sugerencia sensible y emotiva que traspasa la realidad, de la que inducida por ese estímulo nos perdemos, para caer en un torbellino lírico.

Impresionante el lujo que nos deleita a un barrio sencillo y que también merece de delicatessen ¿porqué no?

Recientemente e incluida en este programa de estas fiestas 2009, vimos en el centro cultural una obra de teatro interpretada por alumnos del Instituto llamada ¡Viva el duque, nuestro dueño! De José Luis Alonso de Santos, maravillosamente interpretada por los chavales entusiastas. En esta obra, de entre las muchas lecturas, había una resumida en el desprecio que ofrece el señor duque a una representación teatral que, incluso trataba de rastreramente alabarle, sustituyéndola por corridas de toros, ¡si, toros! como muestra de un rechazo por conveniencia de una actividad puramente cultural, como el teatro, por otra de espectáculo popular, que exige de menos capacidad y esfuerzo intelectual su comprensión, siempre más visceral, todo por resultarle más provechoso a nuestro Señor Duque, esto viene a resultar una pérdida para sus súbditos, como pérdida igualmente es, que se nos presente toda esta matraca de tonterías con la que nos invaden en nuestras fiestas populares, en detrimento de alguna que sea de calidad, tal vez por entender que unas fiestas no hay que “complicarlas”. Nada de eso, claro que se agradece y es bien recibido siempre lo bueno, lo exquisito y aquí, la fiesta parece no estar dirigida por politicastros interesados, sino por los bienhechores de la asociación de vecinos, siempre entregados a la causa, saliéndose de la plasta normalidad de Camelas, atracciones infames, horteradas varias tan propias de las fiestas de barrios y pueblos. Por eso hoy con Sitango estamos en la senda, difícil senda, de haber ofrecido a los vecinos algo bestialmente bueno.

Si señor.

Fdo. Sr. Rice


1 comentario:

  1. Sr. Rice,una crónica entusiasta y muy interesante,visto lo que se ve en los barrios he de reconocerte que el lucero rompe con la ordinariez y la horterada,Acabo de ver un vídeo de Sitango,y digo un vídeo,por lo que me falta ver un total,para hacerme una idea mas global,y dicho esto creo desde mi punto de vista que el tango y el jazz es una fussion que no me acaba de llenar¿quizás me falte escuchar mas este tipo de música?sin embargo he reconocer la originalidad..

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Dilo

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