jueves, 3 de junio de 2010

Reformas,¡pero de las grandes!


La desilusión del pobre obrero¡¡¡
Acabo de caerme del caballo, la sra. Pajin habla en la tele de las huelgas generales programadas y dice con una sonrisa en la boca, que bueno que vale, y lo único que le preocupa es que la televisión si va a dar la información y no como otros que la ocultaron, (ya sabéis a que me refiero)
Con este desprecio por los trabajadores, cada vez estoy mas convencido que les importamos una “mierda” amigos la batalla parece estar perdida, en nuestras manos, esta luchar para que eso no ocurra. Después de doce reformas del mercado laboral (que poco me gusta lo de mercado laboral por que me siento mercancía), siempre han servido para lo mismo recortes y recortes, hasta que llegue el día que el recorte pase a ser esclavitud,¡para mi dos reformas mas y la propuesta va a ser que al esclavo el pan por el que trabaja les sale muy caro!
Y ahora el reproche a nuestros sindicatos, por no hacer sus deberes. A falta de una izquierda potente en el mundo globalizado lo que nos queda a los oprimidos son los sindicatos. Todos los poderes fácticos se han organizado para defender sus intereses, ¿pero y los representante sindicales? A que esperan para una unión a nivel europeo,¡os imagináis una convocatoria de huelga en Alemania y por ende en toda Europa!...y en el mundo ya no digo nada…esto es una utopía, pero las utopías no son imposible de realizar.
Ahora estamos a tiempo para que los políticos dejen ser intermediarios de los mercados económicos, que los mercados nos gobiernen directamente y se dejen de pamplinas, que las urnas pasen a mejor vida. Que solo queden ellos y nosotros. Y a las pruebas me remito cuando hay un vació de poder, véase los paréntesis electorales es cuando el país va como un reloj.
He dicho y no me arrepiento.
Juan Gazpacho

1 comentario:

  1. Rafa, de Uno de los Dos3 de junio de 2010, 22:48

    La vida, ¡LA VIDA!, está al margen de todas estas historias que nos montamos, que se montan, que nos afectan, que nos resultan tan importantes, tan imprescindibles. Qué le importa a mi felicidad, o a el camino para su encuentro, la política y la economía, si solo sabe de salud, de satisfacción, de descanso, de compromisos. Traemos al mundo de lo real la irrealidad, la queremos moldear cada uno de nosotros a nuestra atmósfera, la que abarcamos y la ni siquiera.
    Lo malo es que es a así, así la hemos convertido en incuestionable y es desde ella desde donde partimos a nuestras consideraciones.
    Me encantaría poder decir alguna vez: ¿psoe? ¿pp? ¿huelga? ¿recortes? que los folle un pez a todos, pero no, tristemente nos afectan y surgen cosas como estas.
    ¡Proletarios de todos los países! ¡uníos!

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Dilo

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