Bueno, el caso es que Dr. Krapp me ha recordado un hilo que surgió en una conversación de madrugada…
Un grupo de amigos tomábamos un cubata alegremente alrededor
de una mesa en un ambiente festivo, no
obstante, nos encontrábamos en un pueblo cercano al nuestro que celebraba sus
fiestas patronales. Como es menester y costumbre, los habitantes de la comarca
suroeste de Madrid acudimos como bichitos a la luz cuando alguno de los pueblos
cercanos se encuentran en fiestas, hoy nos tocaba a nosotros ir a este, como ellos
vendrán al nuestro cuando toque. La noche
era cálida, los cubatas a tres cincuenta euros, la terraza del local cómoda. Este
incipiente verano que invita a salir y a
compartir nos había reunido en una conversación en la que salió a relucir la
felicidad.
Alguien dijo, o acaso fui yo mismo…:
-“la felicidad es la ausencia de dolor”, no es que lo diga
yo, es una cita de Eduardo Punset, pero la comparto, es como que cuando no sientes dolor,
entendido como algo que nos incomoda y molesta, cuando uno se libera hacia
estados de satisfacción y por tanto de felicidad.
Este tipo de frases con aparente efecto demoledor e
incontestables puede que necesiten un poco más de reflexión, algo a lo que yo
no le había dedicado su tiempo, ésta me pareció muy razonable y sensata. No fue
sino la jodida (dicha con cariño) Isa, quien, como acostumbra, vino a demoler
la demolición de la cita.
Esta Isa. es alguien
con capacidad especial para entender el mundo y sus circunstancias que nos deja
perplejos de admiración ante su “sangre sabia”. En este caso ella venía a decir
que no es tanto la ausencia de dolor el camino de la felicidad, sino
precisamente la capacidad personal para no rendirse ante el dolor, puesto que
el hecho de intentar eludir el dolor o el daño, nos bloqueaba, retrotraía y conseguía convertirnos en seres
miedosos, que no nos enfrentamos al riesgo y, que no era sino desde una actitud
valiente que nos hiciera entregarnos, a pesar de encontrarnos con el daño, donde encontraríamos una feliz plenitud que nos satisfaga. Puede que
tenga razón, puede parecer una actitud suicida, puede que no hacerlo así nos
convierta en seres especialmente cerebrales que nos hace medir las consecuencias
en exceso y a la vez perder oportunidades; pero lo que sí parece claro es que
es desde la pasión y corazón, donde se alcanza la verdadera emoción, causa de
nuestro hondo sentir.
Como dijo el Rey, Sabina,” que no nos vendan amor sin
espinas”.
Rafa, uno de los dos
. Para Isa
Yo, decididamente estoy con Isa, es la forma de afrontar las dificultades lo que nos convierte en hombres libres y es el miedo el que nos transforma en infelices...
ResponderEliminarGracias por la cita.
ResponderEliminarEntiendo que no resistirse al dolor consiste en aceptarlo. En considerarlo algo que forma parte del pack de la vida y como tal también es parte nuestra.
La filosofía oriental siempre ha insistido en que cuando no nos resistimos al dolor sufrimos menos daño.
Creo que la felicidad es un acto afirmativo que trasciende al dolor y supone la aceptación de la vida tal cual es.
Pues yo estoy con Pumset. Cuando uno tiene dolores (físicos) como rutina, no es feliz del todo, hay una frase de un entrenador de fútbol que dice a sus pupilos, “no hay dolor” una sugestión muy aparente en el fragor de la batalla para que la psique reaccione.
ResponderEliminarEn cuanto a la opinión metafísica que nos plantea Isa, diría que seria aplicada en ausencia de dolor (físico)
Y para acabar yo definiría la felicidad, como “una utopía posible alcanzar”
Feliz día.
Sinceramente, me habéis dejado perplejo por vuestra calidad reflexiva.
ResponderEliminargracias por vuestra aparición a todos
Pues yo creo que tienen razón los dos, PUNSET e ISA.
ResponderEliminarCreo que la felicidad, no es más que un estado mental, que algunos alcanzan aun con dolor, precisamente porque saben sobreponerse a él y trascenderlo, supongo que eso no es nada fácil, pero está claro que si no le echas corazón a la vida y ganas, muchísimas ganas jamás nos sentimos felices y creo de verdad que se puede, a pesar de los pesares que le toquen a cada uno.
A veces, sólo disfrutando de cosas pequeñitas, simplemente dejándote llevar encuentras más felicidad y llegas a sentirte más a gusto que cuando te dedicas a buscar la felicidad en cosas grandiosas y perfectas que casi nunca llegan, ni encuentras.
Por ejemplo a mi me ha hecho muy feliz leerte en casa de TEMU ahora mismo JOSE ANTONIO ¡¡ya ves qué tonta!! graaaaaaacias:-)
Otro beso muuy regrande para todos y muuuy feliz sábado.
Tambien alguien dijo:
ResponderEliminarEl desperdicio de la vida está en el amor que no damos,
en las fuerzas que no usamos,
en la prudencia egoista que nada arrisga,
y que,
escapando del sufrimiemto,
perdemos tambien la felicidad.