La dinamita necesaria para sobrevivir... la rumba de aquí
¿Teniamos antes?
Algo si teníamos Temu, cuanto menos un juez que te decía si la empresa tenia razón o no a la hora de echarte… Publicado en el 20 minutos, en la Sección de Cartas de los Lectores"Un grito de indignación"Aquel trabajador por cuenta ajena notó que le habían subido el IRPF, pero no hizo ningún comentario porque ledijeron que era por el bien de España y de todos los españoles.Cuando llegó el momento de abonar el IBI de su vivienda hipotecada, advirtió que a la subida municipal se había añadido la del Gobierno, con lo cual casi iba a pagar el doble que el año anterior; sin embargo, por solidaridad, también calló. Una mañana, al levantarse, escuchó en la radio algunos aspectos de la reforma laboral y dedujo que, muy probablemente, pronto le bajarían el salario. Esta vez la noticia le hizo murmurar.Unos meses después se puso enfermo, y el jefe de recursos humanos envió al médico de la empresa a su casa para decirle que si faltaba 9 días de manera intermitente durante 2 meses seguidos, le despedirían pagándole 20 días por año, con un máximo de 12 mensualidades. El trabajador, aunque continuaba enfermo, fue al ambulatorio y pidió el alta médica. Al salir, en la farmacia de al lado le cobraron las recetas. Ahora, pensar en el bien de España no consiguió calmarle, y aquel murmullo poco amable se convirtió en un grito de indignación que retumbó en toda la manzana. Enrique Chicote Serna."¡Que el grito de indignación retumbe el 29-M!contra la reforma laboral y en defensa de los servicios públicos
Dilo
¿Teniamos antes?
ResponderEliminarAlgo si teníamos Temu, cuanto menos un juez que te decía si la empresa tenia razón o no a la hora de echarte…
ResponderEliminarPublicado en el 20 minutos, en la Sección de Cartas de los Lectores
"Un grito de indignación"
Aquel trabajador por cuenta ajena notó que le habían
subido el IRPF, pero no hizo ningún comentario porque
ledijeron que era por el bien de España y de todos los
españoles.Cuando llegó el momento de abonar el IBI de
su vivienda hipotecada, advirtió que a la subida municipal
se había añadido la del Gobierno, con lo cual casi iba a
pagar el doble que el año anterior; sin embargo, por
solidaridad, también calló. Una mañana, al levantarse,
escuchó en la radio algunos aspectos de la reforma laboral
y dedujo que, muy probablemente, pronto le bajarían el
salario. Esta vez la noticia le hizo murmurar.
Unos meses después se puso enfermo, y el jefe de recursos
humanos envió al médico de la empresa a su casa para
decirle que si faltaba 9 días de manera intermitente
durante 2 meses seguidos, le despedirían pagándole 20
días por año, con un máximo de 12 mensualidades. El
trabajador, aunque continuaba enfermo, fue al
ambulatorio y pidió el alta médica. Al salir, en la farmacia
de al lado le cobraron las recetas. Ahora, pensar en el bien
de España no consiguió calmarle, y aquel murmullo poco
amable se convirtió en un grito de indignación que
retumbó en toda la manzana.
Enrique Chicote Serna."
¡Que el grito de indignación retumbe el 29-M!
contra la reforma laboral y en defensa de los servicios públicos