Cibeles, esa diosa

El vía crucis cule, en esta semana s. ha triunfado el sacrificio ante la alegría, (como no podía ser de otra manera) en una semana de recogimiento religioso.
El R. Madrid ha llevado la copa a su diosa Cibeles, que esta en un derroche de poder, la ha rechazado tirándola por la borda de un autobús lleno de herejes del fútbol a ella no le gusta la mezquindad ni ser segundo plato de nadie, que se la lleven a la Almudena, la Cibeles sabe de fútbol ¡no como otras!

Y ahora la crónica.

Vaya por delante que uno es del Barça, nadie es perfecto…como el fútbol que derrocho el Barcelona en la segunda parte ante unos cansados jugadores blancos, por el esfuerzo que no en vano hicieron en la primera parte del masch. Un primer tiempo de juego subterráneo o lo que es lo mismo la intimidación del músculo sobre la inteligencia.
El Madrid sabia que en segunda parte seria imposible mantener el ritmo y la marrullería, y los cules también lo sabían, de ahí que el segundo memorable tiempo barcelonista nos dejara a los aficionados ese buen sabor de boca de saber que el trabajo estaba cumplido, ese fútbol al que nos tiene acostumbrado, elegante, ese juego que se puede perder como ha sido el caso, pero que pierdes con la razón de lo que es “bonito” la razón de las elegancia, ante las armas de la fuerza y rozando la ilegalidad.
Este Madrid me recuerda a los planteamientos que en su día un vasco de pro, Javier Clemente, hiciera con sus equipos y que tantas criticas le acarreo, vamos que a Javi le das este equipo y arrasa y por menos dinero ¡que se le va a hacer! de fuera vendrán que bueno nos harán.
Juan antonio, uno de los dos