martes, 22 de febrero de 2011

Cosas que pasan

Sí…, me acuso… ¡ya no compro ningún disco! El último, si descartamos alguno del Top manta o los que se venden por los bares, o incluso en algún periódico, debe de hacer un par de años. Pero lo mejor de todo es que…, que nunca jamás he oído tanta, que digo tanta, ¡tantísima! música. Me he convertido en un melómano en el que no pasa día sin escuchar del orden de dos o tres horas en adelante; en uno u otro lugar, en el coche, en el ordenador, corriendo, en bicicleta, andando, en la compra, en la cama… Ahora mismo, mientras escribo esto, llevo “lo menos” cuatro horas oyendo lo último que me he descargado, que han sido cinco discos de folk. Y digo todo esto pues sería de todo imposible para mi economía el mantener esta afición. Hasta en los mejores tiempos en el que me gastaba dinero en discos, no pasaba de tres o cuatro al mes, cuando lo normal sería tal vez uno, o dos incluyendo alguna oferta. Aún así conseguí acumular una nutrida colección que guardo en el baúl del pueblo por pura nostalgia, ¿qué se puede hacer con tantos discos de vinilo?
Llego luego “el tangue” de los cd’s con el ridículo coste de edición y portaditas enanas a un precio increíble, (hoy me resulta incomprensible aquellos tiempos de bonanza de tiendas enormes llenas de gente comprando música) aunque con la ambición llegaba pecado y también la penitencia: los cedes incluían el master original capaz de crear copias idénticas de calidad de sonido y no te digo “ná”, cuando esto se pudo comprimir con bastante, o al menos aceptable, buena calidad y se pudo distribuir por la red. Como bien dijo hace poco el ilustre Diego Manrique: ¡El salvaje oeste para los derechos de autor! ¡El dorado para los melómanos! Aunque añadía algo más, “la reducción del mundo que ha provocado Internet por tenerlo todo al alcance, no resulta necesariamente más enriquecedor…”
“L’otro dia” (que dirían Les Luthiers) andaba rebuscando para encontrar un Cd de Supertramp (este original) en el archivador al que voy incorporando una segunda fila de ellos, de manera que me tapa por completo el bloque de atrás con un montón de discos ocultos, que era donde yo suponía se podría encontrar el que buscaba. Debía entonces retirar unos para rebuscar entre los otros, y lo mismo, en todos los estantes que completan el mueble, ¿y si está en el otro? ¿Y si está en el pueblo? ¿Y si lo tengo prestado?... Ardua tarea que no me resultaba de agrado a pesar del deseo ansioso de oír la canción. ¿Qué se me ocurrió…? Pues descargarlo de Internet…, algo que no me llevo un instante. Conclusión: ¡es más cómodo descargar un disco que buscarlo!

Pero aún hay más. Recientemente quise comprarme un disco, de esos que no tienen en el Corte Inglés o la Fnac, y además, me encontraba con demasiada pereza para intentarlo por Internet (ya sabemos, que si registrarse, completar formularios, acceder a cuentas varias y esperar tres o cuatro días para recibirlo, si te pilla en casa, porque si no…, tener que ir a correos… etc…) tenía demasiada prisa –pues, todo aquel que ansía oír un disco, no puede esperar tranquilamente sentado a que se lo traigan, ¡lo quiere ya!-, en fin, que opté por acudir yo mismo a por él, donde fuera, que no era muy lejos. Se trataba de una librería “Librería Fuenlabrada” que es donde se supone distribuyen los discos de estos tíos -La Ronda de Boltaña- Allí me presenté, y descubrí sorpendido que esa tienda debería estar cerrada hace un par de años por lo menos. Estamos hablando de una gente que no lo puedes encontrar en cualquier parte, este era el único sitío en Madrid. Decepcionado volví al ordenador con renovados brios y rebuscando, rebuscando, encontré el deseado link, pulsé download y…, vengo disfrutando de su sonido, ¡eso sí! El disco, estando bien en general, no tiene la calidad de otros, lo que viene a decir, que si acaso lo hubiera comprado, estaría un tanto decepcionado. En fin… cosas que pasan.
Rafa C.

2 comentarios:

  1. Hombre Rafa, no des pistas a estos de la SGAE , que todos los ínter nautas no somos iguales, jejeje
    Así que el disco no es bueno, pues que 20 pavos mas bien ahorrados, es que ¡claro! parece ser que cualquier cosa que se escriba o lleve la etiqueta de “cultura” ya esta justificado para que valga todo lo mismo…y un ejemplo claro es la feria de arte ARCO, como quieren que no se piratee…pues me niego, si un pescado fresco no vale lo mismo que un congelado, porque en esto de la música es una excepción.
    Saludos.

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Dilo

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