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Bertolt Brecht fumando un puro |
Un buen día Bertolt Brecht
A una conferencia fue
a escuchar oír hablar
a un Nazi, un socialista
y un sufrido comunista
El nazi dijo después de oír hablar a los otros
Que su discurso aunque tosco se ganaría a la audiencia
A sabiendas que a la gente les sería indiferente
Que los otros con paciencia su discurso conveniente
Relataran con decencia
Mas el nazi con decir tres consignas contundentes
Patria, trabajo y primero y ante todo es mi país
De un plumazo consiguió arrebatar a la gente
Que convencida quedó de seguir su directriz
Con eso tuvo
bastante, aplaudieron a lo grande
Y más tarde le votaron en las urnas convencidos
De ser el mejor de todos
inscrito a ser elegido
Porque entonces se creía ser el que convenía
Porque a ellos defendía
Y después vino lo que vino ya todos bien lo sabemos
Y por eso no queremos que se repita este sino
Por el que cuatro capullos apoyados por los suyos
Convenzan a más de uno de encontrar la conveniencia
De ser solución de urgencia, considerarlo oportuno
Y sin queja por alguno
¿De quién hablo? Del
pp, también de su presidente
Que lo mismo que está ausente castiga severamente
A los pobres ciudadanos con tanto tijeretazo
Que afecta a los de abajo
y bien contenta a los bancos
Que son, en fin, los causantes de las tantas tropelías
Que trajo su economía
¿Pero quién es esa tal, casada con los mercados,
esa que no ha dejado de imponer su hegemonía?
¡Que de todos ha abusado y que ahora se ha plantado!
Para acabar resultando sin que nadie la domine
que quienes están pringando
son los de siempre
¿y ganando?
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Y digo su economía porque la nuestra es otra
Que debemos construir a nuestro gusto y afín
A el pueblo llano, y será, a quien le defenderá
Protegiéndole del mundo financiero capitalista, ese que
exclusivamente mira al capital sin pararse a pensar en humanismo, ecología,
justicia, tan solo en beneficios. Y bla bla bla bla
Rafael Cuevas, septiembre de 2012