El mundo real, nos produce
rechazo, preferimos obviarlo.
Pero el mundo real existe y esta
a la vuelta de la esquina, más cerca de lo que te imaginas.
El mundo al que hago referencia,
no es el de los barrios altos, que también están ahí y que existen….pero el
mundo más cercano a mí, y cada día al de mas personas es el mundo que nos trae Santiago A. Zannou, en “el truco del
manco” con la inestimable colaboración de J.M. Montilla, alias “el Langui” (grande
donde los haya)
En, El truco del manco… “el Langui” no tiene
ningún merito, pues su papel simplemente refleja sus vivencias por este valle
de lagrimas que le ha tocado vivir.
El guión nos
pone sobre el tapete hacernos pesar que la supervivencia es posible en
esta mísera sociedad, hay individualismos que nos dice que
nada esta perdido, que querer es poder.
La película nos deja un sabor
agridulce, donde las dificultades se pueden superar, donde las escaleras a
pesar de ser sinuosas, y de altura se pueden subir, y muy fácil de bajar
Gran película, enorme Langui
ResponderEliminarEn un Set de rodaje hay 20 o treinta personas, se miden un montón de parametros, luminosidad, sonidos, etc, tras mucho ensayar y pasar por maquillaje, se va a rodar las escena que es posible que se haya repetido tres o cuatro veces antes, es entonces cuando el director grita ¡motor! todo el mundo solicita silencio absoluto a todos los demás, un ángel pasa por el plató cuando se pide ¡Acción!, el actor metido en situación, pasa a representar un guión y una circunstancia irreal que le exige concentración y realismo para transmitirlo a la cámara que tiene a un metro de distancia, y tres o cuatro personas más, detrás de ella y muchas más que observan la actuación inmóviles. Ese suceso puede durar poco o mucho, en general poco, pues las películas están formadas por muchos micro-planos. Hay que ser muy actor para representar la escena y luego convencer al público por mucho que el papel que representes esté basado en su propia vida. Todo ha sido una ficción, una mentira que utiliza su propio lenguaje para emocionarnos después. En este caso el Langui, lo borda, tanto que fue merecedor el Goya que le otorgaron como mejor actor nobel.
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