Robándole las palabras al ilustre Fernando Trueba, cuando al
referirse al pianista Michel Camilo en su película: Calle 54, dice algo
parecido a que el hecho de contemplarle tocando su instrumento es presenciar un
prodigio; igualmente, al contemplar lo extraordinario y maravilloso del manejo
de la guitarra de Nico Álvarez, siente uno como una magia interior, la que
produce la visión de algo prodigioso.
Oye, será porque se va perdiendo el hábito y solemos
toparnos con purrelas varias y variadas; será por la cercanía de los escasos
tres metros que nos separaban; será por la inesperada sorpresa de encontrarlo
allá donde fuimos animosos; será por aquellos de lo bueno y breve…; será por el
grandioso momentazo en el que compartió escenario con Jonnhy Cifuentes (Burning)
donde nos deleitaron con la gran canción “Como un huracán” que los asistentes
coreaban y que yo, avergonzado por el desconocimiento, veía como el tema iba
desarrollándose con un efectista gusto personal con el que me identificaba e
iba haciendo mío; o al fin, podría ser que a pesar de la aparente monotonía por la que parece discurrir
la música Blues, aparecían una infinidad de matices, de notas, de colores, de
registros dentro de otros registros que me provocaba la llegada de sensaciones,
de recuerdos imagino que similares a las de el sumiller catador de vinos y que
el infeliz ignorante escucha embobado la particular descripción de su cata, lo
mismo podría decirse aunque en este caso en el plano musical, sonoro y personal
al traer de las simas y cerros de las escuchas y vivencias convertidas en
emotivos recuerdos de ciertas emociones
que afloran con efusión bajo el influjo de un local con encanto rockero (El
Cocodrilo), un ambiente maduro y una cerveza agarrada por el cuello de la
botella.
RfCs
Manos prodigiosas de Nico, blusero al uso mas clàsico. Jhonny nos dio la sorpresa de la noche con su estilo barniniano a pesar de los años ya pasados. Grato garito a la antigua usanza
ResponderEliminarJuan A. H.