Me gustan las voces rotas en el
flamenco, voces que en este difícil arte hacen que el sentimiento surja con mas
pasión, si cabe.
Y esto dejando al gran Camarón a
un lado, es lo que La Caita
hace, con unos principios muy parecidos al maestro, buscándose la vida desde
muy niña en espacios públicos poco recomendables para cualquier niño.
Autodidacta con genes. La Caita
bien se le podría etiquetar como el Camarón del sexo contrario.
Pacense sin pretensiones, se podría
decir que ha llegado al olimpo del genero (bueno esto lo digo yo) en silencio paso
a paso y sin molestar.
Bonus track, con Pata negra
La musica nos hace sentir llorar o emocionarnos sin razón alguna
ResponderEliminarabrazos
Ozú, ¡cuanto arte!
ResponderEliminarMuy bueno este arte, algo así como popular, de la calle, proletario, del pueblo. Tal vez donde surgió y tal vez de donde no debiera de salir, puesto que si acaso saliera de su entorno podría perder parte de su esencia en beneficio de su exito.