Éramos ilusos pues queríamos
participar/ y en los juegos municipales nos fuimos a apuntar/ no teníamos
vergüenza y allí me llegue un día a sus oficinas/ con documentos entre falsos y
verdaderos/ pega no pusieron/ y en la liga estábamos a comernos el mundo/ el
mundo del baloncesto/ Pajarones era el nombre del equipo/en homenaje al barrio
donde nacimos/ el paro no nos era desconocido/ y muchas tardes/ el tiempo
perdíamos/ jugando en canastas/ donadas por cajas bancarias/
Comienza la liga/ horarios domingueros/
que no podíamos cumplir por falta de sueño/ arrastrando los cuerpos/ jugábamos
a duras penas, en la liga de baloncesto/ éramos los justos/ y nunca paria la
abuela/ paliza y mas palizas/ era nuestro sino/ un chollo para el rival/ partidos
ganados sin esfuerzos y sin despeinar/ los Pajarones solo tenían grande el
nombre/ que tampoco esta mal/
Cumplimos como jabatos/ a pesar
del desacato/ un partido ganamos/ pues el contrario nos lo regalo/ por ausencia
/ y justo el juez nos lo dio por ganado/ y así nuestro sueño frustro/ pues no
nos gustaba la mediocridad.
como bien dice el langui.
ResponderEliminarla situación no podía ser más adversa
ni dominguera :D
ResponderEliminarRevuelo de Pajarones y a por la revancha!
Ganar sin despeinarse también es una mediocridad...
Besos.
No dejes que una miserable victoria te robe una vida consagrada a la derrota.
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