De repente ha dejado de sonar
teléfonos, de llegar faxes o de la visita del medico que hacían los delegados
sindicales.
Los sindicatos, esos llamados de
clase, parece que han desaparecido del panorama. El tablón de anuncios de mi
empresa ya no recibe los pinchazos de las chinchetas. Si te quieres dirigir a
ellos lo tienes que hacer por E-mail,
que en mi caso al parecer ha desaparecido o han cambiado de dirección
sin siquiera comunicármelo.
Es lo que tienen los "nuevos tiempos" PD: no son comillas son bolitas de alcanfor :p
ResponderEliminar"Sindicatos de clase" muy curioso...
ResponderEliminarSi esperas, al final te desesperas, y si no esperas, cuando acuden siempre parece una sorpresa... Yo, según a quién o a quienes, prefiero no esperarlos. Bonita letra por sentida y, agradecida guitarra...
ResponderEliminarHe escuchado esa canción decenas de veces en mi época juvenil y nunca la había asociado a algo tan prosaico como un sindicato, pero bien pensado visto lo que has hecho tú, yo incluso la llevaría más lejos y aplicaría su letra a toda esa realidad exterior que quiere hegemonizar nuestra vida.
ResponderEliminarNo, no les esperes porque no vendrán. Los tiempos cambian y debemos de cambiar nosotros también y rehacer todo lo que está maltrecho o terminar de deshacerlo para crear algo nuevo. Hemos dejado que nos cojan la delantera y vamos a remolque del tiempo y del que manda. No hay que esperar, hay que correr.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
Pues debieran, si no hubiese sido un error en vez de un descuido.
ResponderEliminar